Una historia donde el pesoe y el pepe han sido cómplices necesarios en las muertes de esta carretera. Ambos fueron participes de las prorrogas a la concesionaria de la autopista cuando habían expirado los plazos y debía ser pública.
Ambos son cómplices, de los muertos, de los lisiados, de los invalidos que ha producido esta carretera.
Se ve que la seguridad es solo para quien puede pagársela.
Imagino los sobornos que debió haber para la concesión de las prorrogas.
Que Fortuna les confunda...
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